CON MI CORAZÓN EN YAMBO

 CON MI CORAZÓN EN YAMBO

Reflexiones:

Hablar de casa Restrepo, es hablar de una serie de injusticias ocurridas en el Ecuador, no solo hablamos de una postura política como tal que se maneja por ideologías represivas e inhumanas, hablamos de un poder político perverso que no es malo por decreto, es negligente por ejecución, son errores inaceptables desde lo más grande hasta lo más pequeño, se combate desde el sentir como individuo. Año 1988, una familia de origen extranjero aunque no tanto si consideramos el tiempo que si viene aquí y lo vecinos que somos, se enfrentan una tragedia producto de una serie de estigmas, dos jóvenes cometen el delito de manejar una camioneta sin licencia, la solución hubiese sido detenerlos, quizás llevarse su automóvil y el re prendimiento más grave hubiese sido un castigo por parte de sus padres. Pero cometen un crimen más grave, a vista de esta penosa justicia, ser colombianos en una época con una fuerte estigmatización de la figura del narco y el guerrillero, quizás hoy en día los policías no son tan brutos como para torturar intentar desaparecer a dos jóvenes sin ninguna justificación. Pero el racismo sigue, la discriminación continúa, el odio intrínseco de las personas nos hace cuestionar si ciertas personas deberían tener poder. Supongamos que les encontraron droga, supongamos que hicieron algo peor que manejar sin licencia, pensemos incluso que existía una vinculación con el narco y la mafia, no hay justificación, no hay sentido, si son sospechosos se investiga para dar con los superiores, dos muchachos cuando mucho son trabajadores dentro de un esquema de narcotraficantes. Sí a mí todas estas interrogantes me han quitado el sueño en un par de ocasiones, no puedo imaginar como se sentirá la familia, noto un trauma evidente, a veces nos quejamos de cosas sin importancia, otros lloramos a nuestros muertos, pero ser engañados por una institución que debe servir al pueblo, ya es otro nivel. Quizás eran otras épocas, desde afuera no podemos verlo con claridad, ya de que sirve ver a los culpables, no hay nada que hacer pero queda mucho por deber y eso es un ejemplo de lucha admirable. Quizás estos casos resulten diminutos para dictaduras que acaban con miles en otros países, pero esto es diferente, es la sensibilidad de una persona, es la sensibilidad de una familia. En el documental, María Fernanda desnuda su alma frente al público, no nos da una reconstrucción de los hechos para intentar comprender lo que ocurrió, nos muestra algo más impactante, una mirada desde adentro, desde la inocencia, una herida gigantesca en el corazón llena de incertidumbre, el documental nos refleja una búsqueda sin fin en su máximo esplendor, por eso su forma es tan inexacta y tan sensible. ¿Las cosas han cambiado? Lamentablemente no, pero recordar también es una forma de luchar.

Una leyenda urbana dice que la laguna del Yambo no tiene fondo, si algo es cierto es que algún día llegaremos al fondo de esto.

A Santiago y Nené

N.